El sindicato ELA presenta demanda de conflicto colectivo frente a la práctica empresarial de conceder el permiso retribuido por hospitalización de parientes solamente durante los días en que el pariente está hospitalizado. Solicita que se declare el derecho de los trabajadores a disfrutar del permiso retribuido mientras el familiar no obtenga el alta médica, aunque haya obtenido el alta hospitalaria. Frente a la sentencia desestimatoria del TSJ País Vasco, recurre el sindicato en casación.
La regulación de este permiso retribuido está contenida en el ET art.37.3 conforme al cual el trabajador puede ausentarse del trabajo, con derecho a remuneración, «dos días por […] accidente o enfermedad graves, hospitalización o intervención quirúrgica sin hospitalización que precise reposo domiciliario, de parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad».
Por su parte, el convenio colectivo de aplicación dispone que «Por enfermedad grave justificada u hospitalización se dispondrá de 5 días laborables si se trata del cónyuge o compañero/a o hijo/a y 2 días laborables si se trata de familiares hasta 2 grado de consanguinidad y afinidad […] Así mismo, los/as trabajadores/as tendrán derecho a dos días naturales cuando se produzca la intervención quirúrgica sin hospitalización que precise reposo domiciliario, de parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad».
El TS resuelve la cuestión aplicando la doctrina enunciada en su sentencia de 5-3-12, que, interpretando normativa convencional de similar expresión y de idéntico significado, señaló que la duración del permiso por hospitalización de parientes contemplado en el convenio colectivo no se extingue con la simple alta hospitalaria si la misma no va a acompañada de alta médica. Basa su conclusión, principalmente, en los siguientes argumentos:
a) Donde la norma no distingue no debe distinguir el intérprete, y el ET y el convenio solo hablan de hospitalización sin distinguir entre las causas que lo motivan ni condicionar el disfrute de la licencia a la concurrencia de otro requisito como el mantenimiento del alta hospitalaria.
b) El simple alta hospitalaria no hace desaparecer la razón última del permiso, justificado por la situación patológica del familiar, sino que es necesaria el alta médica.
c) La interpretación finalística del precepto sitúa la solución del problema en la necesidad de atención y cuidados del paciente, por lo que el permiso ha de ser concedido cuando concurran el resto de requisitos con independencia de que el familiar siga o no hospitalizado.
d) Esta conclusión se refuerza si se tiene en cuenta que usualmente el alta hospitalaria no va acompañada del alta médica, sino que casi siempre se da con la recomendación facultativa de reposo que, si es domiciliario, de por sí es causa independiente del permiso retribuido. De no seguirse esta tesis, podía llegarse a la contradicción de que un mismo hecho, el reposo domiciliario, pudiera dar lugar a la vez a la extinción (si sigue al alta hospitalaria) y al nacimiento del permiso retribuido (si no va precedida de hospitalización).
Por ello, el TS estima el recurso de casación interpuesto y declara el derecho de los trabajadores a disfrutar el permiso retribuido por hospitalización de familiar en tanto que este no haya obtenido el alta médica, presumiendo que por sí misma, el alta hospitalaria no excluye la gravedad o necesidad de reposo domiciliario determinantes del permiso.