Reproducimos un interesante artículo del Diari de Tarragona, pero que en nuestra tierra nos resulta muy familiar, y cuyo título resulta muy clarificador de una situación que está dejando de resultar aislada y que cada vez se repite con más frecuencia.
Sueldos en negro, pérdida de cotización o hasta 30 contratos encadenados en un mismo verano son algunas prácticas
Los sindicatos denuncian la proliferación del llamado ‘modelo 20-40-60’, que consideran como una perversión, una distorsión cada vez más institucionalizada. «Me contratan por 20 horas, me están pagando por 40 y al final de la semana trabajo unas 60. Sigues en esto porque no tienes otra cosa, a la espera de que me salga algo más», denuncia un trabajador de Tarragona que prefiere mantener el anonimato para no sufrir represalias en su empresa.
Según voces sindicales, se trata de un sistema que abunda especialmente en sectores claves de la economía en la provincia como la hostelería o el turismo, como indica Paco López, representante de UGT en Tarragona: «Hablamos de uno de los modelos más lesivos, porque se cometen una serie de ilegalidades. Primero, no se está cotizando correctamente. Hay una parte de tu salario que te la están pagando en negro. Te contratan por 20 horas, pero las otras 20 que te abonan a la semana te las remuneran en B».
Se trata de un sistema basado en sacar el máximo beneficio en el menor tiempo posible. «Hay gente que viene tres meses para ganar un dinero que le sirva para subsistir durante el resto del año. Son jornadas interminables, donde casi se está permanentemente trabajando, hasta sus días de descanso», añade López.
Bares, tiendas o chiringuitos
La práctica está generalizada dentro de la hostelería: «Es un modelo instaurado en toda la provincia, hablamos de bares, chiringuitos, tiendas o restaurantes; no tanto en hoteles, porque suelen tener plantillas más grandes».
Hay otro escenario denunciado por los sindicatos, y que atañe al trabajador esclavizado. «Te contratan un fin de semana y sólo vienes a trabajar dos días. Y, a partir de ahí, luego con cuentagotas. Un día vas dos horas, otro día tres. Y el empleado sólo contrata en momentos de mucha rentabilidad, sólo cuando entran clientes, por decirlo de alguna manera. Es una perversión que cada vez se produce más. La empresa está sustituyendo un contrato indefinido por esos pequeños contratos que duran muy poco. Hemos llegado a ver hasta 30 anexos a un contrato de una temporada de verano. Eso es puramente esclavitud, porque el empleado está siempre a disposición de la empresa. Siempre hay una promesa de que en un futuro te contratarán por más tiempo. Ysi alguien denuncia eso, le echan. Es muy barato despedir», apunta Paco López desde UGT.
Este tipo de condiciones, presentes desde siempre, se han agravado en los últimos tiempos, sobre todo en aquellos establecimientos ubicados en enclaves turísticos. El trasfondo, precarización del trabajo aparte, va mucho más allá: «Estamos creando pobres, personas que no saben cómo van a jubilarse. Tienes un empleo pero no puedes pagar el alquiler ni los gastos, no puedes afrontar eso, no te puedes hacer un proyecto de vida».
Fuente: Diari de Tarragona