Lidl despidió a Jean por “incumplimientos laborales muy graves” tras una investigación que llevó a la multinacional alemana a revisar las imágenes de seguridad del supermercado. Durante unos días de abril de 2017, la empresa observó cómo el gerente accedía al local a las cinco de la mañana y pasaba un buen rato -«entre 49 y 87 minutos”, dice el informe- trabajando sin fichar. Al hacerlo así, Jean vulneró la norma por la cual “cada minuto que se trabaja, se paga, y cada minuto que se trabaja debe quedar registrado”, recoge la carta de despido. Lidl agrega que recibió “quejas” de empleados a los que también invitaba a llegar antes. Además, en muchas ocasiones el gerente estaba solo, algo que también está prohibido por motivos de “seguridad”.
(…) “Curiosamente se le sanciona, lo que desde luego no es usual, por trabajar demasiado y esforzarse en que su tienda funcionara correctamente”, lamenta el abogado, quien añade que su cliente jamás fue amonestado ni sancionado por ello. Jean va más allá y denuncia la “hipocresía” de la empresa porque, según denuncia, sí le sometía a “presiones para conseguir las ventas que esperaba la dirección”.
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