La tendinitis del manguito de los rotadores, conocida más comúnmente como tendinitis en el hombro, se caracteriza por la inflamación de la cápsula del hombros y los tendones implicados su movimiento. “Se manifiesta por el dolor en la zona del hombro afectado cuando se hacen determinados movimientos como levantar el hombro por encima de los 90 grados o acciones como ponerse una chaqueta o abrogarse un sujetador”.
Esta patología está considerada una enfermedad laboral por el Real Decreto 1299/2006 «en aquellos trabajos que se realicen con los codos en posición elevada o que tensen los tendones o bolsa subacromial, asociándose a la acción de levantar y alcanzar objetos en profesionales como los pintones, los escayolistas o los trabajadores relacionados con el gremio de la construcción». En cambio, este documento no incluye a todas las profesiones en las que se llevan a cabo estos movimientos, que pueden favorecer el desarrollo de la tendinitis, como es el caso de los trabajadores en las cajas de supermercados.
¿Qué ocurre si personal de una tienda sufre una tendinitis en el hombro?
Ante este caso se encontró el pasado marzo un juzgado de Oviedo que, pese a los requisitos marcados por el Real Decreto, reconoció la relación directa entre los movimientos del brazo, codo y hombro al alcanzar los productos y pasarlos por el lector de precios y la patología sufrida por la cajera de un supermercado y cuya sentencia ha avalado a principios de agosto el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Para León se trata de un precedente muy positivo porque abre el camino para aquellas enfermedades profesionales que sí están reconocida en le Real Decreto pero no están definidas para todas aquellas profesiones en las que se pueden desarrollar.
“La novedad es la apertura a que enfermedades consideradas profesionales para determinados trabajadores pueden estar reconocidas para otros aunque no estén incluidos en la lista cerrada que publica el Ministerio de Trabajo porque la sentencia dice el Real Decreto no supone un número cerrado de profesiones porque las que aparecen en el documento las valora a modo de ejemplos”. En su opinión, esto tiene una gran repercusión porque hasta ahora el Instituto Nacional de Salud no reconocía aquellas enfermedades fuera del decreto y, además, con los cambios en los puestos de trabajo derivados de las tecnologías hacen que surjan nuevos problemas de salud que antes no estaban contemplados como tales. “Esto afecta a los trabajadores porque en caso de baja o incapacidad si se trata de una enfermedad profesional en vez de una común, el afectado percibe una mayor cuantía económica”.