El presentismo o estar presente en el trabajo pero como si no se estuviera es una práctica muy extendida en nuestro país. Muchas organizaciones todavía valoran a sus empleados en función del tiempo que pasan en su puesto de trabajo en lugar de hacerlo midiendo su productividad.
Así, pese a ser los europeos que más tiempo pasamos de media en el trabajo (38 horas a la semana, ocho más que los holandeses y casi tres más que los alemanes, según datos de la OCDE), nos encontramos a la cola en los ránkings que miden la productividad laboral.
Pese a que numerosos estudios constatan que, a partir de un determinado número de horas, el rendimiento disminuye, en España en algunas compañías todavía persiste la cultura del control, lo que dificulta la expansión de políticas de flexibilidad que favorecerían la conciliación de la vida personal y profesional.
«El horario de trabajo es un concepto de la revolución industrial. Y es fundamental en los procesos de fabricación. Sin embargo en la era del conocimiento, los horarios presenciales pierden muchísimo sentido», opina Fran Chuan, del WWi (World Work Innovation)- Valkiria, el primer centro de investigación en innovación laboral de España, y CEO de la consultora Dícere.
Los expertos aseguran que algunas empresas se equivocan al seguir agarrándose al cumplimiento estricto del horario, en lugar de guiarse por el cumplimiento de objetivos. Y uno de los motivos que explica que esto no se haga es la falta de herramientas para medir el desempeño profesional. «En España», sostiene Blasco, «en la mayor parte de las empresas existen pocas herramientas para medir el rendimiento y las compañías terminan agarrándose a lo único que tienen: la presencia física». Aunque este modelo no tenga mucho sentido en sectores donde el trabajador produce con su talento y creatividad.
«Hay otros sectores», en cambio, matiza Fresneda, «como el sanitario, el de atención al público, la industria…) donde evidentemente el cumplimiento del horario es parte inherente de la profesión».
http://www.elmundo.es/economia/2017/12/19/5a301029e2704e49568b45e8.html