El despido objetivo es aquel por el que se extingue el contrato de trabajo debido a causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
La ley permite al empresario extinguir la relación laboral con sus trabajadores en determinadas situaciones, cuando se produce, por ejemplo, ineptitud, falta de adaptación, faltas de asistencia, o por razones económicas, técnicas, organizativas, de producción o por causas de fuerza mayor.
Es lo que se conoce coloquialmente como un “despido objetivo”, aunque el Estatuto de los Trabajadores habla de “extinción de contrato por causas objetivas”.
En el despido objetivo la indemnización es menor que la que existe en el despido improcedente, pero mayor que la del despido disciplinario. Podemos decir que la ley impone menores indemnizaciones cuanto más justificado está el despido.
Vemos, por lo tanto, que el hecho de que un despido se pueda considerar “despido objetivo” o no, es muy importante, porque entre otras consecuencias, afecta a la indemnización que va a recibir el trabajador.