Aún no son las siete de la mañana y Ousmane Gueye ya lleva dos horas despierto. Tras hacer la última comida antes del ayuno de Ramadán y con las primeras luces del amanecer, recorre con paso cansino la Avenida Burguiba de Dakar rumbo a la pequeña tienda en la que trabaja. A esa misma hora, pero en el barrio de Medina, la pequeña Khadiya Fall se ha dado cuenta de que no queda detergente para lavar los platos y se asoma a la puerta de la casa de la familia Diop en la que vive como doméstica. Mientras, en Ouakam, al norte de la ciudad, Pape Ndiaye transita con una carreta llena de hierros y tirada por un caballo al que se ven todos los huesos. Ousmane tiene 16 años; Khadiya y Pape, 14. Los tres son niños trabajadores, pequeños que hacen cosas de adultos. O eso parece a primera vista.
Fuente, periódico El País 16 de junio de 2016 : Períódico El País.