Hoy (ayer) amanecimos con la muerte de Josefina Samper, la mujer de sonrisa dulce, voz cariñosa, puño firme, discurso contundente, principios inquebrantables y comunista hasta la médula desde los 12 años en los que, desde el exilio de su familia en Orán, se afilió a las Juventudes Unificadas Socialistas. A los 14 se unió al Partido Comunista de España. Organizaba la resistencia y ayudaba a los presos políticos que iban llegando a la ciudad argelina. Uno de ellos fue Marcelino, que se enamoró inmediatamente de aquella lúcida luchadora. Josefina siempre dijo que sólo podría unir su vida a alguien que compartiera sus principios. Y así fue, desde entonces caminaron codo a codo escribiendo la historia de la lucha por la democracia y los derechos de la clase trabajadora.
http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=7774