Todo arrancó hace unos 11 meses. La joven, de 34 años, fue madre de una niña en abril del pasado año. A los pocos días de su nacimiento comenzó a tramitar el permiso de lactancia, ya que este debe ser solicitado previamente y disfrutado una vez culmina el de maternidad. La ley recoge varias posibilidades, como tener una hora diaria o juntar este tiempo y disfrutar de 28 días de forma continuada. Esta última fórmula fue la solicitada por la joven. Aunque en un primer momento desde la Gerencia de Atención Primaria de Tenerife se le concedió, luego le fue anulado.
El motivo en el que se basó este rechazo es el hecho de que el contrato de la solicitante finalizaba el 31 de diciembre de 2017, siendo de un año de vigencia. Se da la circunstancia de que la enfermera lleva trabajando en el sistema público desde 2007, concatenando 154 nombramientos, como buena parte de sus compañeros.
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